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Francisco Salzillo

Francisco Salzillo. Este artista nacido en el año 1707 y muerto en 1783, fue hijo de un modesto escultor, de nombre Nicolás Salzillo, oriundo de Nápoles, llegado a Murcia a finales del siglo anterior con la intención de ganar los  éxitos, que sin duda, no pudo obtener en su tierra de origen. Establecido en la ciudad, creó un taller dedicado a satisfacer las demandas de una renovada actividad piadosa, encabezada por las iglesias locales y por las poderosas cofradías pasionarias. Al morir en 1727, pasó el obrador familiar a ser dirigido por su hijo Francisco con el que comenzó el verdadero esplendor de la escultura barroca murciana, último y brillante eslabón de la poderosa escuela española del siglo XVII.

El modesto bagaje artístico que trajo consigo Nicolás Salzillo pudo sobrevivir entre diversos competidores llegados desde otros lugares de Europa, sin duda, alertados por el esperanzador horizonte que ofrecía la ciudad de Murcia.

La Dolorosa -1755

La renovación de la arquitectura religiosa, los proyectos retomados iniciados durante el Renacimiento, necesidad de nuevas esculturas para permitir a los fieles una mejor comprensión de los misterios de la religión, etc . En este ambiente de cambios artísticos se basó la formación del escultor Francisco Salzillo. Salzillo en la talla en madera dió forma a esta nueva realidad. Su taller se convirtió en el eje sobre el que gravitó toda la escultura local y en una referencia obligada para la escultura española de su siglo. La imagen devocional en madera policromada alcanzó con Salzillo uno de sus puntos culminantes, especialmente en la renovación de los » pasos» procesionales.

El Beso de Judas 1763

En efecto, fue Francisco Salzillo el último de los grandes cultivadores de estas complejas composiciones, que anualmente desfilan durante Semana Santa por las ciudades españolas. La fastuosidad de tales cortejos-uno de los múltiples aspectos de la fiesta barroca– imponía ciertas condiciones para la cotemplación de imágenes en movimiento capaces de suscitar el entusiasmo colectivo. De la autenticidad de sus gestos  y de la posibilidad de percibir sus cambiantes puntos de vista, acomodados a una escenografía urbana, que convertía a la ciudad en un inmenso teatro pasionario, dependía gran parte del éxito pretendido. Y Salzillo lo logró en grupos que esculpió para la Cofradía de Jesús de Murcia, cuyo desfile matinal de Viernes Santosigue siendo como en el pasado un extraordinario museo de escultura y de teatro, que se desarrollaba anualmente en la calle.

San Juan

Oración en el Huerto

Los componentes de este drama sacro, se movían en escenas previamente convenidas, cuyos argumentos eran impuestos por los regidores de las hermandades pasionarias. Francisco Salzillo, fue el último intérprete de esa tradición escultórica a la que aportó conjuntos de la calidad de La Ultima Cena y de La Oración en el Huerto.

El San Juan,  que desfila en la mañana del Viernes Santo, acaso sea la mejor síntesis de una imagen en movimiento, resultado de una profunda indagación en el volumen y en el color como cualidades esnciales de la escultura.